Toda historia tiene un comienzo y por supuesto que la revista vivir no es la escepción, porque en este artículo, mientras preparo la próxima revista, que se me ha complicado un poquito más de lo usual, les comparto esta historia, que si bien no es la mega historia, está bueno que sepan de que va todo esto.
Si bien la revista vivir es aquella que se conoce actualmente, primero salió una revista llamada acá lo encuentro y se caracterizaba por tener algo de artículos con material variado. El fín era solo publicitar el blog en la ciudad. El blog acáloencuentro era un sitio que se dedicaba a centrar todos los comercios y negocios en un solo lugar, y todo esto antes de que Facebook se mascificara como la actualidad.
Por poco dinero cada comercio tenía su negocio y no tenía limites con aquello que podían incluir, como el logo, número de teléfono, dirección y los productos que más destacaran. Esto para mí era algo fenomenal porque a la gente realmente le interesaba (no se si los que me apoyaban lo hacían solo por ver que no tenía dinero y que hacía algo por obtenerlo, o porque realmente creían en el negocio que les presentaba, aunque a mi me convencía, para ser honesto).
No me quedaron archivos ni imágenes de respaldo sobre la primer revista que igual fueron un par de ejemplares, para luego sacar otra revista entre medio llamada EL PORTAL.
Aquí nos encontramos con una revista de pocas hojas que se le incluía todo tipo de relatos e historias que escribía para esa revista. Si bien, saqué varios números llegó un momento que me había quedado sin ideas para la revista porque la revista salia por mes, tenía que vender publicidad y además vender la misma revista como también diseñarla. Todo esto se hacía muy cuesta abajo.
Aún así no dejé de escribir, porque días después saqué la revista vivir al día, de esta sí tengo la portada de la primer revista y es que escribir artículos era más práctico que crear historias cortas. La revista tuvo un cierto éxito, tenía muchas publicidades, la vendía bastante bien. Pero poco tiempo después le decidí acortar el nombre a solo VIVIR por motivos que les contaré a continuación.